El gigante de la industria farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) ha   ocultado durante 10 años que su fármaco estrella contra la diabetes,   Avandia, se asocia a riesgos cardiovasculares. Los datos salieron de un   estudio organizado por la propia compañía en 1999, un año antes de que   el producto se pusiera a la venta, según reveló el martes día 13 de julio The New York   Times. El escándalo llega mientras las agencias del medicamento de   Europa y Estados Unidos consideran la posible retirada del fármaco.
La  Agencia Europea del Medicamento (EMEA) y la Food and Drug   Administration norteamericana (FDA) anunciaron la semana pasada que   estaban investigando la seguridad del Avandia. La razón no era el ensayo   de 1999 recién descubierto, sino dos estudios publicados en junio   pasado, que también asocian el fármaco a riesgos cardiovasculares. La   decisión de las dos agencias se espera para hoy mismo.
Avandia fue   autorizado en 2000 tanto en Europa como en Estados Unidos. Se utiliza   contra la diabetes de tipo 2, la forma de esta enfermedad que se   manifiesta en la edad adulta, asociada al sobrepeso. En España, consumen   Avandia unas 80.000 personas. En el mundo, las ventas del fármaco   supusieron el año pasado 920 millones de euros, el 2,7% de las ventas de   Glaxo.
La compañía aduce que seis ensayos clínicos recientes,   llevados a cabo desde 2007, muestran que Avandia "no aumenta el riesgo   total de infarto, ictus o muerte". Según los documentos recogidos ahora   por The New York Times, Glaxo inició en secreto el estudio de   1999 en un intento de demostrar que su fármaco Avandia era más eficaz y   tenía menos efectos secundarios que la píldora antidiabetes de la   competencia, Actos, de los laboratorios Takeda.
De haber sido esa   la conclusión, la compañía habría publicado el estudio. Pero como el   resultado fue el opuesto -Avandia reveló más riesgos cardiacos que su   competidor-, los directivos de Glaxo decidieron mantener el ensayo en   secreto, y así lo han hecho durante los últimos 10 años. Ni han   publicado los datos ni los han facilitado a las autoridades sanitarias.
Los   documentos conocidos ahora incluyen algunos correos electrónicos   embarazosos para la farmacéutica. Uno de sus ejecutivos, Martin Freed,   escribía en el mes de marzo de 2001: "A petición de Sr. Mgmt.   [probablemente Senior Management, la cúpula de la empresa], estos   datos no deben ver la luz del día para nadie de fuera de GSK".
Otro ejemplo más de la farmafia generalizada de estas multinacionales, que juegan por dinero con la salud de todos nosotros.



