sábado, 1 de mayo de 2010

Origen y significado del 1º de Mayo

 El día primero de mayo en la vida del movimiento obrero, sindical y popular, de todos los países, es una fecha que cada año revive la gesta heroica de los llamados "Mártires de Chicago".
En Chicago, en 1886, se llevaron a cabo durante los meses de marzo y abril grandes movimientos huelguísticos, al igual que en el resto de las ciudades más importantes de Europa. El propósito de estos era establecer una jornada única y máxima de ocho horas de trabajo en los centros de trabajo. La parte final de esa lucha, el primero de mayo, fue en razón de que ese día se discutía en asambleas de trabajadores y patronos la contrataciones de trabajo para el año venidero, de manera que allí se establecían condiciones de empleo, salario, jornadas etc.
Desde 1882, la Federación Americana del Trabajo, asumió esta preocupación recogiendo los sentimientos de lucha que desde varios años antes realizaba la Organización de los Caballeros del Trabajo. Los Congresos Obreros de 1883, 1884 y 1885 lanzaron la idea de organizar en 1886 el movimiento huelguístico general que permitiera, sobre una situación de fuerza, presionar los contratos que se celebrarían ese primero de mayo, con la consigna única del establecimiento de la jornada de ocho horas.
Dos meses de intensas luchas, de huelgas preparatorias, de movilizaciones obreras, de enfrentamientos con los cuerpos policiales; meses de agitación en todos los centros industriales, ferrocarrileros, mineros y oficinas de empleados de gobierno, de costa a costa, conmovieron los Estados Unidos, concentrándose en la ciudad de Chicago los principales acontecimientos de esta jornada.
En Europa, por su parte, igual situación se vivía, en todos los países y centros de trabajo. Especial papel desempeñaban los grupos anarquistas y socialistas.
Estos sucesos fueron, en cierto modo, el resultado de los cambios operados por la Revolución Industrial, que desde fines del Siglo XVIII hizo posible la transformación de la manufactura en la producción de gran escala, el desarrollo de la industria textil, el empleo de la maquinaria cada vez más compleja; la aplicación de la energía de vapor, el surgimiento del ferrocarril y la modernización de la navegación, cambiando las funciones y las relaciones de los trabajadores, sus condiciones materiales de vida y su situación social haciendo surgir al obrero moderno y al proletariado industrial.
Los trabajadores carecían de legislación social y laboral protectora frente a los abusos que estaban siendo sometidos, entre ellos jornadas de 12, 14, 16 o más horas de trabajo de las cuales no escapaban niños ni mujeres, en condiciones malsanas, pesadas y peligrosas. Los niños eran empleados para limpiar las chimeneas de fábricas, lo cual generó múltiples protestas y luchas para protegerlos y regularles sus condiciones de trabajo.


Preocupaciones tempranas hubo por rebajar las jornadas de trabajo. Desde 1791 los carpinteros de Filadelfia declararon una huelga para exigir la jornada de 10 horas y pago adicional por trabajo extra. Durante las décadas siguientes se desarrollaron diferentes protestas para rebajar la jornada.
A partir de 1880 resurgió el movimiento por las ocho horas, con énfasis en la búsqueda de una ley. Su no promulgación obligó a los obreros a presionar con la acción de sus propios medios -con el paro o la huelga- en las empresas cuyos patronos se negaban a esta jornada.
En 1881 se fundó en Pittsburg la American Federation Labor que agrupó trabajadores de los Estados Unidos y el Canadá. En su Congreso constitutivo exigió el cumplimiento de la jornada de 8 horas en obras públicas. En 1882, en su II Congreso la delegación obrera de Chicago propuso extender el beneficio de la jornada de 8 horas a todos los trabajadores sin distinción de sexo, edad u oficio.
En 1883 en el III Congreso de la AFL se solicitó al Presidente de los Estados Unidos impulsar la ley de las ocho horas, y definir posiciones a los Comités Nacionales de los Partidos Demócrata y Republicano sobre esta jornada. Los partidos eran sordos a las demandas obreras, lo que obligó a los sindicatos a tomar acciones más decisivas y de fuerza. En noviembre de 1884 se reunió en Chicago el IV Congreso de la AFL. En éste destacaron los dirigentes sindicales Frank K. Foster y Gabriel Edmonston, quien propuso la acción práctica de hacer respetar el 1º de mayo de 1886 la jornada de ocho horas, declarando la huelga de inmediato allí donde los patronos se opusieran. En el V Congreso, en 1885, se confirmó de nuevo esta lucha pidiendo a las organizaciones sindicales de todo el país hacer respetar esta resolución a partir de esa fecha.
El 16 de agosto 1885 en el Congreso General de Baltimore se dispuso que la primera y más importante exigencia, para redimir al trabajo de la esclavitud capitalista, era la promulgación de la ley fijando en ocho horas para todos los Estados Unidos la jornada normal de trabajo.
De igual modo, el Congreso de los Caballeros del Trabajo, en la ciudad de Hamilton, se sumó a la lucha y a la agitación general para lograr las ocho horas. Por su parte, la Federación Americana del Trabajo, preparó un contrato tipo que debía negociarse el 1º de mayo de 1886.
El 1º de mayo llegó. En las principales ciudades y Estados de los Estados Unidos se realizaron manifestaciones bajo la consigna general que "a partir de hoy nadie debe trabajar más de ocho horas por día' ¡Ocho horas de trabajo! ¡Ocho horas de descanso! ¡Ocho horas de recreación! Todo el país estaba movilizado. Alrededor de 11.000 huelgas agitaban los Estados Unidos. Cerca de 500.000 personas se hallaban en paro. Un 80% de los movilizados logró su objetivo.
La lucha obrera en Chicago se prolongó los días siguientes. El 4 de mayo en una manifestación se produjo un atentado, con saldo de muertos y heridos, que justificó a la policía para culpar de ello a los dirigentes del movimiento obrero de esta ciudad, la mayor parte de ellos emigrantes. A August Spies, Michael Schwab, Samuel Fielden, Adolfo Fischer, George Engels, Luis Lingg, Oscar W. Neebe y Alberto T. Parsons se les acusó de conspiración y asesinato; de querer provocar la revolución social, siendo el Primero de Mayo la fecha escogida para ello. El juicio que se les siguió y su condena a la horca, a la mayoría de ellos, es lo que dio origen a que se les conozca como los Mártires de Chicago, luego que el 11 de noviembre de 1887, en la Cárcel de Chicago, fueron ejecutados estos dirigentes obreros, anarquistas y socialistas.


En 1888, el movimiento obrero norteamericano convocó, a nuevas jornadas de lucha a realizar el 1 de mayo de 1890, con la finalidad de establecer de modo general en Estados Unidos la jornada de ocho horas. En 1889, en París, dos congresos obreros de orientación socialista, se sumaron a las luchas de los trabajadores estadounidenses. Pero, el Congreso reunido en la Sala Petrelle señaló que el Primero de Mayo debía seguirse celebrando a perpetuidad, de modo que cada año los trabajadores, en todo el mundo, hicieran un balance de las luchas realizadas y plantearan las demandas a lograr en el año siguiente. Este es el origen por el cual desde 1890 se celebra el primero de mayo como día internacional de los trabajadores.

 Feliz día del trabajador.

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